Década Infame
|

“…qué trabajo nos manda el Señor”.

Hubo un tiempo, en los albores de la humanidad, que, cuando querías comprarte un capricho que se excedía de la paga semana que te daban tus padres, te veías obligado a trabajar en labores infame para ganarte unos eurillos, o pesetas (eso ya depende de las canas que peines).

Y no, la esclavitud no desapareció con el final de la Guerra Civil en Estados Unidos.